Exotica

POR Joaquín Trejo
/ Ene, 2025
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Si bien la sección de Artificialia muestra el sistema de pensamiento del individuo que acopia, la de Exotica exhibe los prejuicios de la sociedad del coleccionista. Un ejemplo de ello sería la clasificación del hombre por Carlos Linneo, el gran ególatra y también el lectotipo del humano. Aunque no fue el primero en intentar clasificar y poner en orden la obra divina –para entender la mente del Creador– sería sin duda el primero en atreverse a considerar al hombre entre los animales en su libro Systema naturæ sive regna tria naturæ (1735), que tuvo una poderosa influencia en la ciencia de su época.

Sin duda, Dios guiaría a Linneo en la clasificación del Homo sapiens como sigue: Europeus (piel blanca, fornido, pelo rubio, inteligente e inventor, regido por rituales y tradiciones); Americanus (piel roja, pelo negro, alegre, necio y libre, regido por costumbres); Asiaticus (piel amarilla, pelo negro, avaro y severo, regido por opiniones); Afer (piel negra, pelo negro, labios hinchados, débil, ladino y negligente, regido por capricho). Además, agregó dos tipos más de hombres: Homo sapiens ferus (los criados por animales) y el Homo monstruosus como los gigantes patagones argentinos. Pero hubo otras peculiares, como los Drako para los dragones e Hidrus para las serpientes marinas destructoras de buques.

La definición labiosa de los europeos contrasta con el desdén hacia los demás, mostrando la intención de justificar el sistema de explotación y esclavitud de los otros, basándose en el nuevo «dios» llamado ciencia. Y para alienar al hombre occidental común en su creencia de superioridad. El efecto y evidencia en los gabinetes de excentricidades son las obras de arte maestras consignadas como simples objetos curiosos, nunca dignos de la grandiosidad de las culturas clásicas. Valga el ejemplo del arte de la plumaria mexicana, innovación única en el mundo, o de los excelentes trabajos de filigrana mesoamericana en oro.

Nuestra sección, sin embargo, está lejos de aquellas ligerezas, pero sí se adentra en las áreas oscuras de nuestra cultura: cajas de ensamblaje con temas que van desde la brujería a lo erótico, o derivando incluso hacia la mirabilia. Como ejemplos, la gran cantidad de objetos alados, el conjunto de fetos de híbridos humanos, la ya mencionada agrupación de taxonomía entomológica, los seres mitológicos, las fabulosas piezas de fundición enmascaradas, la crania de todos tipos, incluyendo los tzompantli, la animalia fantástica, el conjunto de gárgolas, nuestro fabuloso Cthulhu, y las muy variadas máscaras, mascarones y bustos de este intrigante acervo llamado la Colección Coatepantli.o.