Stultifera Navis

POR Joaquín Trejo
/ Ene, 2025
A mare tenebrarum ad terra ignota

La Nave de los Locos es una obra que bien podría ser parte de una serie sobre los pecados capitales, donde también se encontraría la Muerte del Avaro. Su única temática, la locura de la sociedad debida a su desvío de la norma cristiana, presagiaba ya el cambio irreversible de una era que ya estaba en marcha.

No obstante, Hieronymus Bosch no es el creador de la teratología infernal; sus raíces se hunden en la tradición oriental. Plinio habla de cómo Antiphilos, ridiculizó en un dibujo a un hombre apodado gryllos (cerdo), a partir de entonces estas caricaturas híbridas, bufonescas, se han llamado gryllos o grilli, decorando amuletos con animales fantásticos, o usados en la decoración de armas, camafeos, relicarios o joyas. Estas quimeras también aparecían en la marginalia de los libros miniados medievales y en pequeñas esculturas de iglesias y monasterios que, aun siendo paganas, cumplían con la misma función apotropaica de alejar el mal.

El estilo del Bosco es tan personal que se vuelve inclasificable. Se le atribuyen cerca de mil obras; sin embargo, menos de veinte pueden ser concluyentemente identificadas como suyas. El resto son trabajos de seguidores que lo homenajearon o de impostores que empañaron su legado. En su pintura, retrata la angustia de un creyente fervoroso que ve en el pecado y en el desapego por la palabra divina la esencia de la locura.

Visionario, el Bosco pinta un nuevo personaje: el excéntrico, bajo la apariencia del bufón Till Eulenspiegel. Este personaje solitario se sitúa al frente, sobre el timón, y dando la espalda a todos los demás lunáticos, ya no se considera parte de aquel grupo de chiflados. El excéntrico, absorto en sus propias preocupaciones, emerge como un individuo… justo como nosotros.

Con los pies firmemente plantados en el gótico medieval, el Bosco vio zarpar la nave de la locura que, surcando el Mare Tenebrarum, se dirige hacia la Terra Ignota, en búsqueda de una nueva época. Así, con una visión que trasciende su tiempo, el Bosco nos ofrece una reflexión sobre la condición humana y la sociedad, un espejo en el que aún hoy podemos contemplarnos.